Y sin embargo, aquí estamos

Cuando en diciembre de 2019 inauguráramos con Polis #16 una nueva etapa de esta revista, hablábamos de que se trataba de un año de aniversarios de números redondos: ni más ni menos, de los primeros cien años de nuestra Universidad Nacional del Litoral. De alguna manera nos anticipábamos también a este 2020 en el que nuestra querida FADU cumple sus primeros 35.

También manifestábamos que «…acorde con la sensibilidad contemporánea Polis se reinventa adquiriendo formato digital, posibilitando así una expresión compleja donde entrecruzar el texto, la imagen, el video o la realidad aumentada…»

Releyendo esos párrafos, a la distancia en este tiempo transcurrido, no podemos más que asociarlo a esta extraordinaria situación que como sociedad venimos atravesando desde ya hace unos cuatro meses y que, de alguna manera y de forma más recurrente, parecería que ha congelado o puesto en pausa muchos proyectos y, en definitiva, la vida misma de las personas.

Nunca, ni en los pronósticos más pesimistas imaginábamos un año atravesado por tantas y tan singulares circunstancias.

Este 2020 se proyectaba como un año en el que la celebración de la Facultad ocurriría en eventos académicos que dieran cuenta de los logros alcanzados en estos pocos pero muy laboriosos años y sobre todo en el reencuentro de tantas personas que, como docentes, no docentes, estudiantes y graduados, hicieron y hacen posible este presente.

Luego, apenas poco antes del comienzo del año académico, la declaración del distanciamiento social nos obligó no solo a abandonar nuestra sede sino que nos sumergió en la incertidumbre y en la angustia de no saber por cuánto tiempo no volveríamos a encontrarnos en nuestro propio espacio y qué cosas eran posibles o no llevar adelante.

Pero, así como, dando una muestra más del espíritu de resiliencia de nuestra comunidad académica, al mismo tiempo y con los escasos recursos existentes, todas las asignaturas pudieron continuar con su dictado, los talleres con sus exposiciones, y luego los seminarios, charlas técnicas, trámites administrativos, cursos y casi todas las actividades, también Polis está otra vez para dejar incluso un testimonio histórico de este aquí y este ahora.

Pero Polis, además, estaba preparada para este desafío. La decisión de implementar para esta nueva etapa el formato digital, parece ahora más acertada que nunca. Los argumentos que fundamentaban el paso del papel a este espacio virtual, evidentemente, han adquirido otra magnitud.

Seguro Polis 17 es reflejo vivo de la voluntad de seguir como Universidad cumpliendo con ese rol indelegable que la sociedad le dio de ser el lugar donde se genera el conocimiento científico y el pensamiento reflexivo, al que se suma, en una situación tan crítica como esta que atravesamos, la obligación de pensar ese mundo pospandemia por venir.

Un muy especial agradecimiento al trabajo de todo el equipo de Polis y muy especialmente a todos los que respondieron a la convocatoria de este número, en un momento en que las características de este tipo de trabajo a distancia consumen una enorme cantidad de nuestras energías.