En el mapa disciplinar de las dos primeras décadas del siglo XXI, se puede reconocer un foco en el tratamiento de las superficies arquitectónicas. En esta dirección, destacan, en la diversidad de las propuestas, distintos modos de afrontar el proyecto de las superficies. Se exhiben experiencias asociadas al entretenimiento y al consumo, vinculadas a la lógica de la inmediatez y modelos que buscan presentarse asumiendo la construcción de la condición débil de la realidad. Experiencias estéticas periféricas, accidentes, repliegues discretos, pero que adquieren una posición privilegiada en el sistema de referencias y valores culturales.

Es allí donde los ejercicios proyectuales, como el de los Pabellones de arte en la isla de Inujima, no intentan imponerse como referencia central ni alinearse en cánones existentes, sino que, a través del arte como disciplina potenciadora y complementaria, proponen una serie de intervenciones en la isla, buscando convertir a un pueblo en un museo.

La propuesta es compleja desde una idea de proyecto que es consciente tanto de los efectos que podría traer aparejado el posicionamiento de la localidad en un circuito turístico global, así como también de afectación de la vida cotidiana de quienes habitan la isla. La arquitectura junto a las intervenciones artísticas trabajan desde la conciencia de las múltiples temporalidades de la comunidad local, fomentando la potenciación en la percepción del paisaje y de los entornos naturales e intentando ofrecer algo que enriquezca, realce y haga soportable la realidad. He aquí donde reside su condición decorativa, discreta y, a la vez, creativamente intensa.

El tratamiento de las superficies en la obra de Kazuyo Sejima, realizada en colaboración con un equipo de artistas, se multiplica y en nada responde a un sistema de referencias único. En cada caso se muestra la trascendencia de su carácter material propio e inicial, adquiriendo otros valores y haciéndolos interactivos, aceptando de alguna forma la percepción difusa del universo. Esto se evidencia en los pabellones transparentes proyectados por la autora e intervenidos por la artista japonesa Haruka Kojin como el A-Art House o el F-Art House. Allí, la transparencia de la superficie parece disolver el paisaje: lo delimita y, a la vez, lo prolonga. Este efecto es logrado mediante intervenciones sobre la superficie, con formas de arreglos florales suspendidos o con la inclusión de lentes de diferentes tamaños. Se proponen así enfoques que distorsionan la forma y la escala del paisaje circundante, donde quien observa experimenta formas propias de percepción e interacción con fragmentos del entorno.

La fortaleza creativa de la modalidad proyectual basada en el tratamiento de las superficies reside en la búsqueda consciente de alternativas que focalizan en el cuidado de la comunidad isleña. Interviniendo tangencialmente las preexistencias paisajísticas y edilicias, y sin invadir las vivencias cotidianas, la propuesta enriquece los espacios públicos civiles y pone en valor la naturaleza como esencialidad en la construcción del rol cultural de la arquitectura en el inicio del siglo XXI.

María Virginia Fabre

Magister Arquitecta (Maestría en Arquitectura, Mención en Proyecto, FADU, Universidad Nacional del Litoral). Docente ordinaria en el Área de Humanidades y Ciencias Sociales en la carrera de Arquitectura en las cátedras de Historia y Teoría y Crítica. Miembro del Instituto de Teoría e Historia Urbano Arquitectónica (FADU, UNL).

Germán Godoy Hernández

Arquitecto (Universidad Nacional del Litoral). Maestrando en la Maestría en Historia y Crítica de la Arquitectura, el Diseño y el Urbanismo (FADU, UBA). Docente ordinario en el Área de Humanidades y Ciencias Sociales en la carrera de Arquitectura en las cátedras de Teoría y Crítica e Historia. Miembro del Instituto de Teoría e Historia Urbano Arquitectónica (Facultad de Arquitectura Diseño y Urbanismo, UNL).

María Virginia Fabre

Magister Arquitecta (Maestría en Arquitectura, Mención en Proyecto, FADU, Universidad Nacional del Litoral). Docente ordinaria en el Área de Humanidades y Ciencias Sociales en la carrera de Arquitectura en las cátedras de Historia y Teoría y Crítica. Miembro del Instituto de Teoría e Historia Urbano Arquitectónica (FADU, UNL).

Germán Godoy Hernández

Arquitecto (Universidad Nacional del Litoral). Maestrando en la Maestría en Historia y Crítica de la Arquitectura, el Diseño y el Urbanismo (FADU, UBA). Docente ordinario en el Área de Humanidades y Ciencias Sociales en la carrera de Arquitectura en las cátedras de Teoría y Crítica e Historia. Miembro del Instituto de Teoría e Historia Urbano Arquitectónica (Facultad de Arquitectura Diseño y Urbanismo, UNL).