Se desarrolló la agenda de actividades en celebración del día del investigador y la investigadora científicos en la Universidad Nacional del Litoral (UNL). Actividades diversas, en diferentes escenarios y con públicos variados quedaron plasmados en las postales de jornadas que invitaron a reflexionar sobre el trabajo de generación de conocimiento en la Universidad.

En torno a una fecha tradicional como es el 10 de abril, aniversario del nacimiento de Bernardo Houssay, primer premio Nobel en ciencias en Argentina y principal impulsor de la creación del CONICET, la Secretaría de Ciencia, Arte y Tecnología de la UNL invitó a reflexionar sobre una de las funciones sustantivas de la universidad: investigar.

Los futuros investigadores

Un estudiante de biotecnología, otro de música; un futuro ingeniero industrial, un estudiante de bioquímica y otro de historia. Todos en una mesa, con la consigna de pensar juntos. Esta fue una de las imágenes que dejó el laboratorio de ideas que inauguró la agenda el martes 9. Se trató de una propuesta en la que 30 estudiantes avanzados de diferentes carreras de la Universidad se reunieron en equipos. Bajo las premisas de que problemas complejos requieren abordajes complejos y que investigar implica traspasar los compartimientos propios de las disciplinas, este ejercicio ofreció la posibilidad de pensar de manera multidisciplinar el espacio público y sus problemas reales.

Las problemáticas que se abordaron, y emergieron en los grupos de trabajo fue la no apropiación-identificación de los ciudadanos de la ciudad de Santa Fe de los espacios públicos verdes de recreación, el transporte público de pasajeros, la gestión de los residuos sólidos urbanos en el barrio Santa Rosa de Lima, y sobre la brecha digital y la conectividad a internet. Luego de una breve exposición por parte de los especialistas Miguel Irigoyen y Julio Arroyo, ambos arquitectos y docentes de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU), los estudiantes tuvieron aproximadamente 90 minutos para elaborar la propuesta. Finalmente, hubo una instancia de puesta en común en formatos breves y el comité evaluador hizo una devolución a cada propuesta presentada.

La actividad fue coorganizada por las secretarías de Ciencia, Arte y Tecnología y Vinculación y Transferencia Tecnológica.

Conversar la investigación

“Lo que no entró en el paper” fue una de las consignas que invitaba a compartir anécdotas, puntos de encuentro y risas, que también las hubo, ya en el tramo final del conversatorio “Ciencia en territorio”. En la tardecita del miércoles 10, en un entorno íntimo y relajado en el Museo de Arte Contemporáneo de la UNL, tres investigadoras de la Universidad pusieron en común historias de sus experiencias de investigación con actores sociales o investigación orientada a través de un formato lúdico que permitía descubrir palabras clave que habilitaban el diálogo y la reflexión. En torno a ellas se generó un rico intercambio entre las investigadoras Andrea Delfino, María Rosa Repetti y Carolina Veaute y el público, integrado mayormente por mujeres vinculadas a la investigación en Santa Fe.

Laboratorio a cielo abierto

Un salón colmado de estudiantes de quinto año de la ciudad de Esperanza fue la imagen del jueves 11 en el Campus FAVE de la Universidad como cierre de la agenda. La propuesta permitió a los estudiantes conocer y poner en valor la diversidad biológica de la reserva ecológica universitaria anexa a la Escuela de Agricultura, Ganadería y Granja de la UNL.

Reconocer la flora nativa, aquella que es propia de la región del Espinal, sus propiedades y usos ancestrales fue parte de la presentación de Eliana Exner, de la Facultad de Ciencias Agrarias (FCA). A su turno, Dario Manzioli y Pablo Beldomenico de la Facultad de Ciencias Veterinarias (FCV) invitaron a los chicos a reflexionar sobre cómo es el trabajo de investigar la salud de la fauna silvestre. Así, presentaron trampas, máscaras de seguridad y otros instrumentos necesarios para estas tareas.

Finalmente, Martín de la Peña, quien da nombre a la reserva a partir de décadas de trabajo de documentación de la biodiversidad de la reserva, compartió con los estudiantes unas palabras y los invitó a ser protagonistas en las tareas de conservación.