Con la premisa de que cada censo nacional es una fuente de datos que nos permite conocernos como población y, fundamentalmente, saber qué tenemos y qué nos falta, Gladys Massé, especialista en estadísticas sociales y de población del INDEC, se refirió a “El censo argentino de la ronda 2020. Principales oportunidades y desafíos”, este jueves, en la Facultad de Humanidades y Ciencias (FHUC) de la UNL.

Recalcando la continuidad del trabajo sobre la disciplina Estadística en la FHUC, por la importancia de generar datos confiables para diseñar políticas públicas, abrió el encuentro la decana Laura Tarabella, quien estuvo acompañada por los docentes del Departamento de Geografía Gustavo Peretti y Javier Gómez.

La investigadora del INDEC confirmó que se ha sugerido al Ejecutivo Nacional que el próximo Censo se realice el 28 de octubre de 2020, que trabajarán aproximadamente 650 mil cencistas y unas 750 mil en todo el operativo, incluyendo jefes de radio y otros roles.

 

 

Nuevos interrogantes

¿Cómo nos preparamos para el Censo Nacional 2020?, se preguntó Glayds Massé y continuó: “Cada operativo nos permite dar respuestas a un contexto social particular, para eso hay que elaborar los interrogantes necesarios. Particularmente para 2020 el desafío es cómo medir las nuevas conformaciones familiares e identitarias cuando las categorías tradicionales ya no son comunes en nuestra realidad”.

“Para 2020 se incluirá la pregunta sobre la autopercepción de la identidad de género, al tradicional varón, mujer, se sumarán: mujer trans, varón trans y la posibilidad de consignar otros”, explicó la investigadora del INDEC.

A continuación, se refirió a la necesidad de reconocimiento de la población, de ser censada, ser reconocida, lo que su vez se correlaciona con la demanda internacional de reivindicación de derechos, por lo que el año próximo se prevé incluir en todos y cada uno de los cuestionarios la pregunta sobre la autopercepción de identidad de origen y se incluirán las opciones pueblos originarios, afrodescendiente y migrante.

Al respecto, la investigadora refirió que sin duda “esta pregunta responde a salvaguardar valores republicanos, en el censo 2001 se incluyeron los pueblos originarios, en 2010 los afrodescendientes y para 2020 se incluirá la autopercepción, ya no es el censista el que anota ese dato, y también se preguntará sobre el pueblo de referencia”.

 

Para futuras políticas públicas

La especialista en estadísticas aseguró que para elaborar cada una de las preguntas del Censo Nacional se trabaja en diálogo con organismos públicos y ONGs, se piensa cada interrogante, se lo pone a prueba y luego se realizan ajustes para que no sea excesivamente largo y no sufra malentendidos. En 2020 habrá dos cuestionarios, uno corto de 10 minutos de elaboración y otro extendido de 20 minutos.

A partir del diálogo con el Ministerio de Educación de la Nación se incluirá la pregunta sobre el título de grado obtenido por cada persona para posteriormente contrastar los datos con los de la inserción en el mercado laboral.  El Estado actualmente carece de esta información, solamente cuenta con la cantidad de títulos emitidos.

También se preguntará el domicilio postal de trabajo de cada persona para recoger estadísticas que le permitan a la Secretaría de Transporte de la Nación pensar en nuevas políticas de transporte urbano de acuerdo a cómo se movilizan las y los ciudadanos y los nuevos emplazamientos que han elegido en la última década. Se incluirá una pregunta sobre la religión de cada argentino, a pedido de la Dirección de Cultos de la Nación.

 

Nuevas tecnologías

“La fortaleza de los datos estadísticos es el trabajo integrado y hoy por hoy el desafío es que cada vez hay más demanda de información, pero simultáneamente el presupuesto cada vez es más acotado, entonces la cuestión es poder equilibrar las demandas con las posibilidades y para ello las tareas precensales son fundamentales”, aseguró Massé.

Detalló al respecto que en la planificación pre – censo es la etapa en la que más influirán las nuevas tecnologías, sobre todo los dispositivos móviles para capturar datos y los de georreferenciación que permiten a las Áreas de Cartografía elaborar con mayor precisión el armado del trabajo del censista. “La organización y fiabilidad de esta planificación es el éxito del censo en el futuro”, redondeó.