Una de las principales recomendaciones para contrarrestar la propagación del Coronavirus es el lavado de manos. Esta acción no sólo es fundamental para prevenir esta enfermedad, sino también para evitar el contagio de muchas otras enfermedades que hoy asolan a la humanidad. El lavado de manos exige disponer de agua segura, esto es, según la definición del Ministerio de Salud de la Nación, aquella que por su condición y tratamiento no contiene gérmenes ni sustancias tóxicas que puedan afectar la salud de las personas.   

“Esto que puede parecer  sencillo para muchos de nosotros,  puede ser una misión difícil de alcanzar en muchos lugares del mundo y aún en nuestro país. Como bien señala Vladimir Smakhtin, director del Instituto para el Agua, el Ambiente y la Salud de la Universidad de Naciones Unidas,  el 40% de la humanidad  (alrededor de 3 mil millones de personas) carecen de acceso a las necesidades más básicas para el lavado de manos: agua y jabón. Este porcentaje se eleva entre el 50% y el 80% en muchos de los países de África. Datos de la Organización Mundial de la Salud señalan que, en los países menos desarrollados, los servicios básicos de agua y saneamiento están ausentes o se encuentran limitados en el 45 % de los centros de salud, que son usados por alrededor de 900 millones de personas, más que la población de los Estados Unidos y Europa juntos”, señaló Mario Schreider, director de la Cátedra UNESCO «Agua y Educación para el Desarrollo Sostenible», con sede en la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la UNL. 

En este sentido, es de esperar que la situación crítica que hoy estamos atravesando a nivel mundial con el Coronovirus permita contribuir a tomar conciencia, una vez más, acerca de la importancia vital que tiene el acceso al agua segura para la salud pública. “Si bien existen avances en la búsqueda de soluciones a esta problemática, aún falta mucho por hacer. Lo positivo es que se cuenta con algunas ventajas: se sabe dónde están los problemas y lo que hay que hacer, y están disponibles las tecnologías necesarias. Quizás sólo falte voluntad política para tomar decisiones sostenibles en el tiempo”, concluyó Schreider. 

Días del agua
El Día Mundial y el Día Nacional del Agua se conmemoran el 22 y el 31 de marzo, respectivamente. El lema de este año, «agua y cambio climático», fue propuesto para reflexionar acerca de cómo el uso que hagamos del agua puede contribuir a mitigar los efectos del cambio climático, especialmente aquellos relacionados con problemáticas que afectan nuestro país, como inundaciones, sequías, contaminación y acceso a agua potable y saneamiento.