Mucho añoramos este momento en que estudiantes, docentes y  no docentes, pudiéramos otra vez estar en esta, nuestra casa.

Imaginábamos el reencuentro en la plaza, en un atardecer de un verano que casi es otoño.

Es cierto que el segundo cuatrimestre pasado arrancamos con alguna presencialidad, pero fue muy parcial y acotada.

Es ahora donde podemos decir, con toda certeza, que comenzamos a volver -poco a poco- a vivir una vida normal.

Lo hacemos con profunda emoción pensando en todo lo que pasó en estos casi dos años, en el enorme sacrificio de esta comunidad académica para que nunca dejemos de enseñar, de estudiar, de investigar, de hacer extensión; en definitiva, para seguir haciendo una mejor universidad pública. Pero también con mucho dolor pensando en tantos amigos y afectos que ya no están.

Por ello, y para que todo esto no haya sido en vano, tenemos que comprometernos a ser mejores.

Y lo seremos apelando a lo mejor que tiene la FADU, y que le viene de su propio origen, que está en la creatividad de su gente que mantiene intacta la épica de esa revolución que fue su creación Pero también lo haremos apelando a las innovaciones pedagógicas a las que nos obligó la cuarentena y que, en muchos casos, impactaron saludablemente en la forma de enseñar y de aprender. Tenemos que incorporar esas buenas experiencias para mejorar nuestra calidad educativa

Nos hemos venido preparado para este momento, aunque sean difíciles las circunstancias sociales, económicas y políticas que nos toca atravesar

Seguramente, habrá inconvenientes. Somos una gran comunidad académica, también por su cantidad de miembros. Basados en el diálogo y el compromiso, podremos superarlos, como ya lo demostramos, ante cada problema que apareció en nuestra historia.

Seamos dignos del esfuerzo que la sociedad hace por el sostenimiento de la Universidad Pública, y hagamos la parte que nos toca.

Hagamos un gran año académico... para todas y todos.

 

Esp. Arq. Sergio Cosentino
Decano FADU