En su 104° aniversario, la Universidad Nacional del Litoral inaugura la primera etapa del nuevo Aulario Común de Costanera Este. Integrado al masterplan de Ciudad Universitaria y financiada a través del Programa Federal de Inversión en Infraestructura Universitaria -ministerios de Obras Públicas y Educación-, es una obra polifuncional y versátil de arquitectura sustentable que relaciona la naturaleza, la educación y la cultura con nuevos espacios para el desarrollo escolar, científico y académico.
“Se trata de una apuesta al futuro de la región con la que ratificamos a la Educación Pública como un derecho y ponemos en valor a las políticas públicas de calidad que igualan en oportunidades a todas y todos”, aseguró el rector Enrique Mammarella quien junto los ministros nacionales de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, y de Educación, Jaime Perczyk, y autoridades nacionales, provinciales y locales encabezará la inauguración este miércoles 25 a las 11.30 horas. Será un acto que contará con la presencia de toda la comunidad universitaria y preuniversitaria, principales destinatarios de esta obra. De este modo, UNL inaugura la primera etapa de un edificio que cuenta con jerarquía arquitectónica, calidad constructiva y un riguroso control en la gestión ambiental que lo convierten en un ícono de la educación pública, único en su tipo para la ciudad y la región.



Arquitectura y ambiente
Se trata de un edificio de media densidad compuesto por aulas comunes que complementan la capacidad instalada en Ciudad Universitaria. Es un espacio educativo no tradicional preparado en función de una máxima flexibilidad para la Escuela Secundaria de UNL y para desarrollar actividades académicas de pregrado, grado y posgrado.
Su tipología de doble peine le otorga gran rendimiento de uso y permite que la totalidad de los espacios estén en contacto con los exteriores, garantizando su iluminación y ventilación natural en un entorno de máxima calidad ambiental, lo que redunda en un balance positivo de confort y ahorro energético. La tectónica del edificio pone en valor la estructura y la utilización de materiales nobles de la región, confiriéndole un lenguaje contemporáneo.
El proyecto es respetuoso de las condiciones naturales del entorno y cuenta con todas las certificaciones ambientales provinciales y municipales. Cabe señalar que es resultado de un concurso nacional organizado en 2006 por la UNL y actualizado por la Universidad en lo que respecta a su Manual de Arquitectura Sustentable.
El proceso de obra demandó tres años que, a través de licitación pública, fue ejecutado por la empresa COEMYC. La etapa previa a la construcción contó con la obtención de las correspondientes certificaciones medioambientales y urbanas. Estas gestiones continuaron con un comprometido trabajo mediante el que se ejecutó un plan de gestión ambiental que minimizó el impacto propio de la ejecución de obras de esta escala. Este proceso fue monitoreado por un equipo integrado por la Fundación Hábitat y Desarrollo, especialistas de UNL y el responsable de gestión ambiental de la empresa contratista.

Inversión y transparencia
La inversión fue realizada en el marco del convenio de adhesión al Programa Nacional de Apoyo a la Infraestructura Universitaria II Fase B - CAF 8945 suscripto con el Ministerio de Obras Públicas del Gobierno Nacional. El desarrollo de la obra contó con un monto de financiamiento inicial a valores históricos de $ 239.778.129,60 y aplicando las actualizaciones que prevé el contrato asciende a un monto total invertido a la fecha de $ 573.064.229,92. Es para destacar que si la UNL debiera impulsar la construcción de este edificio, en el contexto económico presente, debería estar encarando una inversión que alcanza los $ 2.500.000.000.
Esta información y todos los documentos, certificaciones, información técnica, fotografías, infografías, renders y material audiovisual sobre la obra del Aulario Común -que va a estar destinado a actividades académicas de grado y posgrado y, esencialmente, a la Escuela Secundaria de UNL que tiene un perfil humanista- están publicados desde principios de 2021 en www.unl.edu.ar/infraestructura. De esta manera, UNL cumple con los principios de transparencia y de rendición de cuentas, de buena fe y de máxima publicidad, establecidos en el Acuerdo de Escazú.

Crecimiento planificado
Esta nueva obra se inscribe en un proceso de planificación de UNL que ya en el año 2000, con el Plan de Desarrollo Institucional y el Programa Milenium, señalaba a la Ciudad Universitaria de Santa Fe “como el campo de destino para nuevos proyectos”. En ese marco territorial se desplegó el crecimiento planificado de la Universidad con obras como el Predio y el Hotel UNL-ATE, el aulario Cubo, el Centro de Simulación de FCM, las residencias estudiantiles y el área de expansión de 6 hectáreas refuladas sobre el sector Este de Ciudad Universitaria con edificios del CONICET y PTLC.
Así, las obras de UNL contribuyeron a consolidar el área, identificada como una zona de Equipamiento Especial en el Reglamento de Ordenamiento Urbano de la Municipalidad en el que se establece la localización de edificios, equipos o instalaciones necesarias para el desarrollo y el sostenimiento de la actividad urbana, en este caso, para educación, recreación, investigación y transferencia tecnológica.
De este modo, el nuevo Aulario de UNL se integra al sector urbano en convivencia y equilibrio entre las áreas naturales y construidas. Se brinda a la ciudad a partir de una plaza pública que se incorpora a la Costanera Este y se constituye como el acceso principal al edificio marcando una transición gradual entre el espacio público, el semipúblico y el privado. Además del sector de aulas, dispuesto en dos plantas, el segundo sector de carácter semipúblico lo constituye un importante espacio semi-cubierto de hall, un SUM con capacidad para 300 personas y un área de apoyatura de servicios. De esta manera posibilitará, con total independencia, la realización de actividades culturales, académicas y de extensión sin la afectación del sector específico de aulas.