La Manzana Histórica de la UNL y “la librería más linda del mundo”, como hoy se conoce al ex teatro Ateneo Grand Splendid, tienen algo en común: el arquitecto que las proyectó. Se trata de Manuel Torres Armengol, quien diseñó el Rectorado de la UNL y la FCJS, y siguió de cerca el proceso de construcción que se desarrolló por etapas, entre 1926 y 1942.

En el centenario de la UNL, el arquitecto Federico Aja Espil, el nieto del arquitecto Torres Armengol, narró algunos detalles de la historia familiar en su reciente visita a la UNL. Lo hizo en compañía de Rodrigo Aja Espil, su hijo. “La Manzana Histórica de la Universidad Nacional del Litoral fue la obra más relevante que hizo mi abuelo y la más importante. A la cual pareciera que le dedicó más años de su vida”, recuerda.

Su trayectoria se asemeja un poco a la de su abuelo o a la de su padre. Estudió en la UBA y desde entonces ha transitado el camino de la arquitectura, encarando una amplia diversidad de escalas de proyectos, todos abocados al diseño. “Mi abuelo tenía una gran habilidad como dibujante y era muy obsesivo. Como arquitecto me llaman la atención todos y cada uno de los detalles de este edificio. Pensar que el comenzó con las obras cuando tenía apenas 32 años, es decir, era un arquitecto muy joven para encarar semejante proyecto”, aportó.

De su abuelo aún conserva sus álbumes, escritos y documetos. “En los álbumes se pueden encontrar bocetos y dibujos a mano alzada, que se completan con fotografías que pertenecen a la obra de la manzana histórica, la propia universidad e incluso hasta muebles que él diseñó inspirado en sus interiores”, menciona Aja Espil.

“Venir aquí me deja sin palabras, es la felicidad, me acerca a mi abuelo, a ver su obra. En gran parte, este sentimiento se lo debo a Adriana Collado y a toda la comunidad UNL que hicieron que nosotros sintiéramos todo esto de una manera muy especial”, concluye el arquitecto Federico Aja Espil quien visitó hoy la Manzana Histórica y participó de la inauguración de la restaurada fachada.

 

Manzana Histórica UNL: 4.958m2 de historia

En 2017, el Congreso de la Nación declaró Monumento Histórico a la manzana que comprende el edificio del rectorado de la UNL y la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, referencia obligada de sucesos académicos, científicos, culturales y políticos, para la ciudad de Santa Fe y la región.

“Siempre decimos que la Universidad es uno de los mejores edificios de Santa Fe por su calidad arquitectónica en todo sentido. La nobleza de los materiales elegidos para crear una obra que perdura en el tiempo y que también dejó su marca en el sistema universitario argentino”, sostiene la arquitecta Adriana Collado, quien es docente investigadora de la carrera de Arquitectura en la FADU-UNL. Se ha abocado a estudiar la historia del edificio y su construcción y ha transmitido al nieto del arquitecto Torres Armengol el proceso de restauración de la Manzana Histórica, recuerda algunas anécdotas de la época. “En 1938, cuando se iba a inaugurar el Paraninfo, el diario El Litoral escribe una nota muy extensa en la que destaca el seguimiento permanente, a pesar de que el arquitecto vivía en Buenos Aires”, esa particularidad en el proceso de una obra pública, y las características del edificio, hacen de la Manzana Histórica una obra de autor.