Jean-Marc Levy-Leblond sostuvo que “el problema es reinsertar la ciencia en la cultura, (re)poner la ciencia (y la tecnología) en la cultura, lo cual exige una modificación profunda de la propia actividad científica”. Esta concepción se encuentra presente en las palabras de los entrevistados y entrevistadas, en el marco de la efeméride por celebrarse el 28 de septiembre el Día de la Cultura Científica, en conmemoración a la primera emisión de la serie televisiva de divulgación científica “Cosmos”, de Carl Sagan, la cual fue emitida en 60 países y vista por más de 400 millones de personas.

Eduardo Miró, docente-investigador de la Facultad de Ingeniería Química (FIQ-UNL), Silvina Reyes, docente-investigadora de la Facultad de Humanidades y Ciencias (FHUC-UNL) y Diego Mendicino, docente-investigador de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB-UNL)  son parte de algunas de las propuesta de “Ciencia Nómade”, línea de trabajo que impulsa la Dirección de Comunicación de las Ciencias y las Artes de la Secretaría de Ciencia, Arte y Tecnología de la UNL, a cargo de Carolina Revuelta. Por su parte, Adriana Elisabeth Galli, bioquímica y docente de la Escuela N.º 382 “Santa Fe de la Vera Cruz” y Soraya Attala, profesora de Química de la Escuela N.º 231 “República de Nicaragua” participaron junto a sus alumnos y alumnas de algunas de las actividades realizadas en el marco de “Ciencia Nómade”.

“Cultura – expresó Miró- representa todo lo que el hombre modifica de la naturaleza para el beneficio de la sociedad; en otros términos, la cultura es el conjunto de saberes, creencias y pautas con los que la sociedad intenta mejorar y comunicarse; lo que implica que ciencia como conjunto de saberes científicos es cultura”.

Este punto nodal al que arriba Eduardo Miró es importantísimo particularmente porque “con las acciones de cultura científica o de comunicación de la ciencia, uno permite que la sociedad se apropie de esos conocimientos fundamentalmente porque el financiamiento que recibe la investigación. en general, y la investigación en universidades es público, es decir, proviene directamente del Estado, e indirectamente de la sociedad a través del pago de sus impuestos por parte de los contribuyentes”, continuó Miró.

“Es esencial que la comunidad conozca lo que hacemos los científicos porque nosotros nos debemos a la sociedad, quienes trabajamos en ciencia aplicada nuestros conocimientos tienen que llegar a la población como compromiso social”, añadió Mendicino.

“Además, porque las acciones de Cultura Científica están relacionadas con una función sustantiva que tiene la Universidad que es la extensión al medio social. Es en este sentido, que estas actividades se configuran como un vehículo para enseñar a pensar “científicamente” y esto posibilita a los estudiantes a acceder a modos de razonamiento basados en la evidencia, permitiendo flexibilidad en el pensamiento y fundamentalmente, promueve en ellos el deseo y la curiosidad para seguir aprendiendo”, destacó Reyes.

Sobre Ciencia Nómade

“Ciencia Nómade” tiene como principal objetivo compartir y poner en circulación conocimientos científicos, artísticos y tecnológicos a través de diversos recursos y actividades propias de la comunicación de las ciencias. Se busca generar y producir con y entre los actores sociales y académicos saberes, experiencias y conocimientos que resulten significativos para realidades y contextos específicos de la ciudad y la provincia de Santa Fe.

"Los objetivos de Ciencia Nómade nos enfrenta al desafío de andar de un lugar a otro, sin residencia fija, para abrir nuevos caminos entre nuestra Universidad y la comunidad de la que somos parte, compartiendo distintos aspectos de la ciencia, el arte y la tecnología", destacó Carolina Revuelta, directora de Comunicación de las Ciencias y las Artes de la UNL y prosiguió "en este andar, vamos construyendo vínculos con escuelas, comunas, municipios, organizaciones de la sociedad civil y actores sociales que tengan ganas de compartir temas científicos, artísticos y/o tecnológicos que les resulten significativos y sobre los cuales este equipo pueda sumar con actividades de comunicación de la ciencia interdisciplinarias".

Los niños/as y la apropiación del conocimiento

“Es importantísimo que la sociedad se apropie de conocimientos científicos para resolver sus problemas cotidianos; como así también, de ayudar a formar un pensamiento crítico, analítico en la ciudadanía en estos momentos de posverdad donde muchos saberes (apreciaciones personales) carecen de validez científica”, indicó Mendicino y añadió: “Nosotros trabajamos en el Centro de Investigaciones sobre Endemias Nacionales (CIEN) donde hacemos estudios serológicos en niños y niñas y le enseñamos cómo identificar a las vincuchas del resto de los insectos. Hace unos años, trabajando en Monte Vera dimos una charla explicativa sobre Chagas en la escuela. Cuando regresamos para participar del segundo encuentro del ciclo, un niño había reconocido a una vinchuca en su casa y la trajo en una caja de cartón a la escuela; fue el niño quien alertó a nuestro grupo de científicos y a las autoridades de salud sobre la presencia de estos insectos, y desencadenó una respuesta conjunta desde el CIEN y el Programa Provincial de Chagas”, comentó Mendicino.

“Participamos de acciones de Cultura Científica con los alumnos y alumnas porque es una forma de acercar la ciencia a los y las estudiantes. Para que los conceptos teóricos dados sean analizados desde otra perspectiva. Además, configura un espacio donde pueden interactuar divirtiéndose, entendiendo así que la ciencia no es aburrida. Es fundamental que la ciencia y la tecnología formen parte de la cultura como sociedad”, expresó Adriana Elisabet Galli, bioquímica, docente de la EESO N.º 382 “Santa Fe de la Vera Cruz” de la ciudad de Santa Fe.

“Creo que es importantísimo que desde la universidad pública en general y la UNL, en particular, a través de “Ciencia Nómade” realicen acciones de Cultura Científica. A veces se piensa que la ciencia es solamente para algunos pocos, pero si queremos que la ciencia y la tecnología formen parte de la sociedad, debemos apoyar estas actividades e impulsar y proponer nuevas estrategias para el desarrollo de la cultura científica”, añadió Galli.

“Una experiencia que provocó en mí sentimientos muy fuertes, fue cuando fuimos a realizar una actividad denominada “Magia Química” a Alto Verde, en el Tallercito de la Fundación Manos Abiertas”. Para mí fue muy gratificante la intensidad con que miraban esos chicos y chicas, la recepción altamente positiva a una propuesta universitaria, me movilizó”, enfatizó Miró.

“Fue muy grato realizar una demostración química con los niños y niñas de los primeros años de la Escuela Primaria de la UNL: la cara de asombro cuando el papel impregnado con curcuminas (de color amarillo) al realizar trazos con un pincel embebido en una solución jabonosa, cambiaba inmediatamente a color rojo o cuando observaban piojos a través de un microscopio”, relató Reyes.

Experiencias en primera persona

“Valoro muchísimo estas actividades y las considero de suma importancia por varios motivos. En primer lugar, dichas acciones permiten acercar a estudiantes de nivel medio a la realidad universitaria (que en muchos casos se ve como algo totalmente lejano e inalcanzable para muchos de los y las jóvenes). En segundo término, estas acciones nos permiten a los actores de escuelas secundarias, entrar al mundo de la investigación y conocer qué se realiza en la ciudad. En general los estudiantes desconocen que es CONICET, que actividades se llevan a cabo y poder conocer el lugar físico de trabajo e interactuar con investigadores es una experiencia genial”, resaltó Soraya Attala y prosiguió “estas acciones permiten enriquecernos en cuanto a contenidos teóricos-prácticos, debido a que nos brindan herramientas de trabajo que nos resultan inaccesibles en nuestras prácticas cotidianas”. 

“Cuando pienso en Cultura Científica se me vienen muchos términos a la mente, como sociedad, investigación, aprender y aprehender, participación, comprender, impulsar, estrategias, comunicación, hábitos, etc. Es algo que no tiene que ver solamente con los científicos sino con la sociedad en general donde todos debemos ser partícipes”, concluyó Galli.