“Mis padres me cuentan que desde chico quería ser veterinario, eso hizo que a los 13 años comience a estudiar en la Escuela de Agricultura, Ganadería y Granja: la UNL me formó toda la vida desde pregrado, grado y posgrado”, dice con orgullo el Dr. Hugo Ortega, docente-investigador de la Facultad de Ciencias Veterinarias (FCV-UNL), creador y actual director del Centro de Medicina Comparada del Instituto de Ciencias Veterinarias del Litoral (Icivet - UNL-Conicet) destinado a abordar en forma integral la realización de ensayos biológicos de alta complejidad bajo los mayores estándares internacionales de calidad.

Incorporación a la Academia

Ortega, el viernes 17 de octubre, será incorporado como Académico Correspondiente a la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria en reconocimiento a su historial sobresaliente en transferencias y desarrollos tecnológicos con impacto económico-productivo en sectores críticos para el desarrollo económico y social del país. Tiene, asimismo, una marcada experiencia en biología celular y molecular aplicada a fisiopatología y en transferencia tecnológica al sector de fármacos y biofármacos. “Ser incorporado a la Academia es muy significativo porque implica un reconocimiento de pares y colegas del país, a nivel nacional y, además, porque la Academia es una entidad con más de cien años de historia, una institución por la que han pasado los más sobresalientes profesionales”, valoró el investigador.

Durante la ceremonia, el Dr. Ortega disertará sobre “De la investigación básica a la transferencia tecnológica: aportes veterinarios y desafíos para Una Salud”. El acto será el viernes 17 de octubre, a las 18h, en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNL.

Ser científico

“Ser científico implica la necesidad permanente de saber un poco más de lo que hasta ahora se conoce, de tratar de investigar temas nuevos”, describió Ortega y agregó: “Un científico es un aventurero del laboratorio, quien trata de recorrer caminos que no se transitaron nunca. Un investigador está en la frontera de lo que se conoce para desarrollar, en mi caso, procedimientos médicos y medicamentos para la mejora de la salud y destinado a toda la sociedad”. 

“No sé si le recomendaría a un joven seguir una carrera científica, lo encomiendo a estudiar lo que quiere ser, que haga lo que realmente sienta y si eso es ser científico, bienvenido”, explicó Ortega.

“Ser investigador no es un trabajo normal, donde uno sale de la oficina y se olvida hasta el día siguiente de la tarea, porque un científico puede estar todo el día en el laboratorio y no se le ocurrió ninguna idea y al llegar a su casa, tener un pensamiento que cambie su vida, el trabajo de días, quizás, de años de investigación”, continuó y añadió:  “El quehacer científico es una profesión de 24 horas, donde el mejor concepto, idea o experimento se puede diseñar, tal vez, debajo de un árbol, descansando y no en el laboratorio”, enfatizó Ortega.

“Es una profesión que le va a quitar muchísimo tiempo, pero también le va a dar muchas satisfacciones”, recalcó Ortega.

Trabajo Multidisciplinario

El Centro de Medicina Comparada (CMC), posee más de 25 años de experiencia desarrollando soluciones tecnológicas enfocadas en mejorar la Salud Animal así como también la humana mediante el desarrollo de modelos experimentales y estudios biológicos de alta complejidad, necesarios para el perfeccionamiento de productos y procedimientos biomédicos.

El CMC obtuvo el Premio Nacional a la Calidad 2019 y la certificación de Buenas Prácticas de Laboratorio (BPL-OCDE) en 2007, así como su incorporación al Sistema Nacional de Bioterios (SNB). Además, el CMC es único en Argentina como centro público con estas certificaciones y ha sido reconocido por su excelencia en la provisión de animales de laboratorio y la realización de ensayos biológicos de alta complejidad para la investigación y el desarrollo biomédico. 

“El CMC integra numerosas profesiones y disciplinas, porque hay graduados de todas las áreas biológicas de la UNL: Bioquímica, Ciencias Biológicas, Biotecnología, entre otras, como así también Química y Veterinaria, es decir, es un lugar de trabajo multidisciplinario porque un mismo problema tiene que ser abordado desde diferentes áreas, donde hay idas y vueltas, junto a un enriquecimiento mutuo”, destacó Ortega.

Entre las recompensas a tanto empeño en el trabajo, Hugo Ortega, relata sentir orgullo al observar que productos que hoy están en la estantería de una farmacia o en el escaparate de una veterinaria se trabajaron en el Centro de Medicina Comparado (CMC) tanto en su proceso de desarrollo y puesta a punto.

Como así también, el investigador valoró el compromiso de todos los integrantes del Centro de Medicina Comparada (CMC) en la pandemia, cuando trabajaron con éxito en el desarrollo de la vacuna contra la COVID-19: “Manteníamos reuniones en el estacionamiento del CMC sosteniendo cinco metros de distancia entre cada interlocutor”, detalló Ortega.

Asimismo, destacó la participación del Centro de Medicina Comparada en la investigación y validación de una vacuna para tratar el Síndrome Urémico Hemolítico (SUH). Este síndrome es una enfermedad grave que causa daño renal, anemia hemolítica (destrucción de glóbulos rojos) y trombocitopenia (baja cantidad de plaquetas).